venítedoyunbesico
Vengo y voy, me retiro al césped de tu mirada. Mañana te buscaré, y escribiré mi nombre en tu cuello; no he dejado de soñar que me pertenece.
Es curioso cómo funciona el corazón, palpito agresivamente con tu sonrisa, y siento la plenitud repletarme la piel después de abrazarte. Disfruto tu sorpresa, tu duda, tu constante necesidad de comprobar que estoy ahí, que sigo ahí, que no me muevo de donde me dejaron tu ojos hace dos segundos cuando decidiste dar la vuelta y caminar. Sigo acá, con los brazos abiertos, vení a verme pronto.
Vení a verme pronto, por favor. Vení a verme, vení a buscar mis manos para esconderlas en tu bolsillo. Llévame cerca, déjame acomodarme en tu regazo, acepta mi frente bajo tu mentón y vuelve a cantarme. Cántame, cántame suavecito bajo las sábanas, y acurrúcame entre cada estrofa. Te quiero ver más cerca, déjame escucharte más.
Mañana te buscaré, escribiré tu nombre en las palmas de mis manos. Las llevaré por ríos y montañas, exploraré pieles y cordilleras con tu nombre, sagrado nombre escrito en las palmas de mis manos. Mañana te buscaré, y al fin y después de tanto tiempo, corcharé la botella que destapé cuando comencé a extrañarte.
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