Diarios: Enero & Frozen Margaritas
He pensado largo y tendido sobre lo que me depara el futuro, y cuando analizo a profundidad mi subconsciente, entiendo que no debería acongojarme tanto por una situación que hace mucho tiempo que no es relevante.
Mi vida tiene miles de matices, y me siento vibrar a través de la locura y de la algarabía que me provoca el pensar en una mejor experiencia de la que actualmente estoy viviendo. Pero al mismo tiempo me siento feliz y contenta en cómo mi vida se ha ido desarrollando a lo largo de los años. Puedo disfrutar con todas mis fuerzas de la música y de las caminatas, del cine, de la pintura, de los abrazos a la Atlas.
La vida es maravillosa en todos los sentidos, a pesar de las cosas que no parecerían hacer mucho sentido, yo me siento en paz conmigo misma y en medio de la locura me abrazo profundamente y agradezco por la fuerza que he sabido cultivar para no dejarme caer. En medio de la locura que ha sido la vida, siento que necesito parar brevemente y pensar en todas las grandes maravillas que me han sido concedidas.
He conocido el amor en todas sus facetas, desde el amor hacia un libro espectacular, hasta el amor profundo por otro ser humano, el amor absurdo por los atardeceres y la incuestionable irreverencia de la libertad. La música, los libros, los atardeceres, el amor. El amor por el amor, por el acto de amar.
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