Young Adult - Ritt Momney

Aprendí a hacer preguntas en medio de la neblina: la petición. 

Haberte recordado en la neblina fue la experiencia remarcable de mis últimas semanas. Dibujé tu mentón con el frío y recorrí tu cabello con las manos empapadas; las gotículas del rocío magnífico que nos rodeaba se deshacían con tu voz. Los ríos de todo el mundo desaparecerían si te pudiesen escuchar, eras la figura cristalizada de la idea construída en mi imaginario para justificar las vueltas a la manzana a las tres de la mañana, mientras soñaba en el día en que finalmente durmiese sobre tu vientre.

Tus manos son difusas y no había caído en cuenta de la grave falta que me hacían; empecé a pensar que nunca más te volvería a ver, pero cuando sentí que te acercabas desde la acera de enfrente, supe que tendría que correr a tu encuentro y pedirte que me olvides. Haría todo por tu olvido, daría todo por que tu voz no me pronuncie el nombre nunca más. 

Bebes agua de la fuente eterna. Sumerges tu cabeza. Mueves las manos. Caminas despacio. Ríes.
Tus colores me son ajenos, no los he visto en mucho tiempo, pero la firmeza de tu tacto y el reconfortante recuerdo del olor de tu abrazo siguen presentes en las lámparas que colgamos meses atrás en los árboles de tu casa. 

En la neblina te veo y vuelvo a pedirte que me olvides. 

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